Una de las frases malditas entorno al diseño es aquella de: «Todo está inventado». Este producto es una de esas pruebas de que, ni está todo inventado, ni todo lo que lo está, está a salvo de ser cuestionado.
Desde el punto de vista del ciclo de uso, bien podría ser un replanteamiento de la tarea de fregar: mojar la fregona en agua, escurrir, frotar el suelo, sumergir en agua, repetir el proceso. Pero, ¿qué pasa cuando ese agua ya está sucia? Lógico, se vacía el cubo y se vuelve a llenar, con el consiguiente gasto de agua, jabón, tiempo y esfuerzo.
Ecofrego plantea un sistema de dos compartimentos y dos escurridores. El de agua sucia (más pequeño) se acopla en el borde del cubo de agua limpia, y este además mejora la estabilidad al tener el peso en un punto más bajo. Aunque este producto añade un paso más al ciclo de uso (separar el cubo pequeño y limpiarlo) es algo que el usuario puede aceptar a cambio de las ventajas que le proporciona. Es posible vaciarlo sin necesidad de extraer el cubo pequeño, según me aclaran en los comentarios.
El producto, que fué desarrollado por Juan y Carlos Rivadulla, se fabrica en España y se distribuye en Europa a un precio de 15€. Además recibió el Delta de plata 2009, un galardón al diseño otorgado por la asociación Industrial Design for Development of Decorative Arts Association (ADI-FAD).
Por cierto, esta empresa organiza ahora la conferencia: «La fregona, un icono del diseño industrial.